8/29/2017

Seres Mitológicos Gallegos: As Lavandeiras

Lo primero que nos viene a la cabeza cuando pensamos en ellas es el romance y canción de Lavandeira versionada por afamados grupos de música folk como Fuxan os Ventos, Carlos Núñez o Luar na Lubre. Esta canción pertenece al romance recogido por D. Casto Sampedro e Folgar en su conocido cancionero popular, a una mendiga de 68 años llamada Lucía Domínguez, que la cantaba en la Villa de Cerdedo (Pontevedra) allá por el año 1904.

Las "Lavandeiras" según la mitología son mujeres viejas, de rostro seco y arrugado que viven en las fuentes. Se acostumbra a verlas de noche lavando. Si alguien pasa, lo invitan a retorcer la ropa. Si el caminante acepta, tiene que tratar de no retorcer la ropa en el mismo sentido que ellas, pues, si lo hace, las desgracias se sucederán e incluso puede morir. La ropa que lavan está manchada de sangre que nunca se borra. Se cree que son espíritus de mujeres muertas en el parto, de las que abortaron, o también de niños muertos sin bautizar. El verlas es de mal augurio.
Las Lavandeiras son espíritus de la mitología gallega, cántabra y asturiana. A diferencia de las dos últimas, en las leyendas gallegas, estos seres suelen representarse como mujeres viejas con el rostro arrugado, cabellos blancos y ojos rojizos y aterradores, vestidas con ropas negras, pañuelos de varios colores y adornadas con diferentes collares y pulseras. En algunas ocasiones suelen cubrir sus cabellos con sombreros amplios y grandes.
Suelen dormir en las encinas o en las grutas de los bosques y aparecen en las noches de luna llena, en las orillas de los ríos que se desbordan, donde lavan las sábanas manchadas de sangre que nunca desaparecen.
Se les oye muy a menudo por el ruido que provocan sus palas al golpear la ropa y sus desagradables voces. Se dice que son los fantasmas de las mujeres que murieron de parto o que dejaron morir a sus hijos son bautizar y que las sábanas que están intentando lavar con tanto frenesí están manchadas de su propia sangre, la de sus hijos o la de alguien que está próximo a morir en vida.
Las leyendas dicen que si te encuentras con alguna, ésta te invitará a que colabores en su tétrico trabajo.
No debes renunciar su proposición ya que si lo haces, fatales desgracias caerán sobre ti. Además debes tener cuidado, ya que nunca, bajo ningún concepto, debes escurrir las sábanas en el sentido contrario al que lo hace el espíritu pues eso te traerá mala suerte de por vida, incluso la muerte. El único modo conocido de liberarse de estos seres es pasar de largo sin dirigirle palabra alguna en cuando la veas. Si te hablan estás perdido a no ser, claro, que colabores con ellas.
Es curioso que en la mitología de Bretaña existan estos seres, los cuales están condenados a lavar la ropa eternamente por los pecados cometidos en vida, y al igual que en la mitología gallega, suelen suplicar a los caminantes que les ayuden... la diferencia principal aquí estriba en que si accedes morirás ahogado.

Xóan Xosé Teijeiro Rey apunta la relación que parece existir entre las Lavandeiras y la creencia con el rapto de niños que se recoge en la tradición europea, como una manera de explicar las muertes por enfermedades desconocidas que se pensaba eran producidas por seres míticos contra los que había que tomar protecciones.
La creencia en las Lavandeiras debió estar extendida por toda Europa, aunque dejó una huella más honda en la zona occidental, pues es donde encontramos más abundancia de estos seres, y con nombres más comunes.
Tienen relación con las Rusalki rusas o las Gwragedd Anwnn galesas. Con las Bea Sidhe o Banshee cuando la Lavandeira tiene relación con la Compaña.
En algunas islas escocesas se habla de la Caointeach o Caoinneaq que es similar a la Bean Nighe, pero como en Asturias y Galicia parte de un golpe con la ropa húmeda los brazos de quienes molestan mientras hace su tarea.
En la Bretaña, las Lavandeiras nocturnas, Tunnerez Noz, son totalmente iguales a las gallegas hasta en el nombre, y también se mezclan y confunden con las brujas.
En las zonas catalanas de Pallars y Ribagorza habitan las Encantades, que son una suerte de lavanderas que poseen una colada mágica. Quien obtenga esta ropa, se dice que nunca será pobre, pero tampoco será rico.
En Cantabria, Las Anjanas de Treceño, se identifican con las lavanderas, igual que en Galicia con las Mouras y Donas.
Las Lamiñak de Euskadi también se ven lavando ropa en las noches de Luna.
Incluso hay una clara referencia en la mitología celta en las leyendas de Cu Chulainn, en las que su buen amigo druida le advierte antes de que entre en batalla de que hay una lavandera en el río y que si acude a ese lugar morirá. El héroe celta hace caso omiso haciendo especial hincapié en que le importa poco que un fantasma lave la ropa ensangrentada; poco después muere en esa batalla quizás por despecho de tal funesto espíritu.

No debe intentarse nunca verla ya que se dice que castigan al curioso embrujándolo.
También se dice de ellas que atacan a los niños en los regazos de sus madres como muchos tipos de meigas.
Otra cuestión a tener en cuenta es su canto seductor, como el hechizo que se suele relacionar con las sirenas. Con él pretenden enmeigar a la persona que lo escuche para que le ayude a retorcer los paños manchados en sangre.
Si las vez te van a ofrecer torcer el paño con ellas, si lo haces en el mismo sentido que ellas, ésta acción acarreará consecuencias fatales.

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