4/03/2017

El hombre de Taured. ¿Viajero de otra dimensión?

En la década de los 50 diversos medios publicaban la historia de un extraño personaje que llegó a Japón en circunstancias desconocidas, su caso fue clasificado como una posible prueba de la existencia de los universos paralelos.
Nos remontamos a 1954, en el control de aduanas del aeropuerto internacional de Haneda en Tokyo, cuando un viajero supuestamente llegado de un vuelo procedente de Europa presenta ante la inspección de pasaportes y visados un documento de un país totalmente desconocido, -aparentemente auténtico-.
Según el pasaporte, el hombre era de un país llamado Taured. Los funcionarios del aeropuerto escoltaron al misterioso pasajero a una sala de interrogatorios para realizarle una entrevista mientras se llevaba a cabo una verificación de sus antecedentes y comprobar la autenticidad del pasaporte. El hombre misterioso dijo que su país estaba en Europa, incluso llevaba la moneda legal de varios países en una billetera de gran tamaño.
El hombre afirmó que estaba en Japón por negocios, su tercer viaje en los que iba de año. Dijo que llevaba 5 años viajando a Japón y que su empresa era una filial de un conglomerado internacional. Puestos en contacto con la compañía con la compañía con la que aseguraba debía reunirse, esta dijo que nunca habían oído hablar ni de él ni de la empresa que representaba. Entre otros documentos, el viajero portaba una licencia de conducir emitida por Taured, un carnet de conducir internacional completamente valido y un talonario de cuenta corriente de un banco desconocido.
El hombre hablaba varios idiomas, incluyendo el japonés. Dijo que su lengua materna era el francés, al mostrarle un mapa para que señalara el lugar donde se encontraba su país manifestó que este no figuraba en el mapa, y lo situó en el lugar que ocupa el Principado de Andorra, entre España y Francia. Curiosamente él estaba convencido de que existía ningún país llamado Andorra, segurando que su país existía desde hace casi 1.000 años.
La cosa cada vez estaba más complicada, y el hombre solicitó la presencia de las autoridades gubernamentales, pensando que estaba siendo partícipe de una broma cruel. Los funcionarios decidieron detener al pasajero misterioso, llevándolo a una sala de seguridad del aeropuerto, donde permaneció durante casi 8 horas. Debido a las sorprendentes circunstancias que estaban viviendo, las autoridades aduaneras decidieron trasladar al pasajero a un hotel cercano con órdenes superiores de mantenerlo detenido hasta que se llegara a una decisión sobre el asunto.
En el hotel, dos funcionarios custodiaron la habitación donde el hombre estaba alojado con órdenes de que bajo ningún concepto se le permitiera salir de ella. Tras comer una pequeña cena proporcionada por el servicio de habitaciones del hotel, el hombre del país desconocido pasó la noche en su habitación. Los guardias se mantuvieron en su puesto, en el pasillo, y en ningún momento, según dijeron, escucharon ni vieron nada extraño, pero a la mañana siguiente el hombre había desaparecido, algo totalmente inexplicable ya que la habitación estaba situada en un piso de gran altura con una única ventana sin cornisa exterior, por lo que la única opción era salir por la puerta custodiada.
Se ordenó una intensa búsqueda para encontrar al misterioso pasajero, pero tras varios días sin resultados fructíferos se dio por suspendida la misma. Nunca más se volvería a ver al hombre procedente de un país que nunca existió.

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