12/30/2014

El Misterio de los Reyes Magos

El oro representó su naturaleza Real como presente conferido sólo a los reyes; el incienso representó su naturaleza divina, empleado en el culto en los altares de Dios, y la mirra, un compuesto embalsamador, representó el sufrimiento y muerte futura de Jesucristo, a quien los magos iban a adorar en un pequeño pesebre en Jerusalén...
"Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?"... abriendo sus tesoros le ofrecieron tres regalos: oro, incienso y mirra.
En el evangelio según San Mateo se narra la aparición de magos, término utilizado, durante aquellos años para referirse a "hombres sabios" (se mencionan bajo este término en diversas versiones de la Biblia en inglés) o, en un término más específico: hombres de ciencia. Pero después de dos siglos del nacimiento del hijo de Dios y sólo por el hecho de que el relato evangélico indicara que trajeron tres regalos (oro, incienso y mirra), se dio por sentado que eran tres los personajes quienes los traían: Melchor, Gaspar y Baltasar.
Aunque en algún momento las distintas tradiciones señalaron que eran cuatro, siete y hasta doce magos, la iglesia católica sólo hace referencia a los magos que llegaron sobre el caballo, el elefante y el camello.
Según los escritos, los sabios viajaron siguiendo la estrella, y ésta se detuvo sobre el lugar en el que Jesús había nacido. A pesar de que es imposible que un astro marque un lugar tan concreto como un pesebre, han sugerido diversas explicaciones sobre este hecho, lo más probable es que el pasaje bíblico sea sólo una metáfora referida a los supuestos hechos.
Los evangelios que hacen referencia a los magos no indican sus nombres, ni que fuesen reyes y mucho menos que fueran tres. Estas historias fueron agregadas siglos después y se han mantenido en la tradición popular. Según la creencia católica, estos magos representaban a religiones paganas de pueblos vecinos y de esta manera, los evangelios narran este hecho como las primicias de las naciones en aceptar la religión católica.
Fue hasta finales del siglo XIV cuando se comenzó a representar a uno de los magos de color negro, y sólo a partir del siglo XVI fue cuando se generalizó esta forma de representarlos. Así, la iglesia católica hizo de Melchor, Gaspar y Baltasar la tradición a la que poco a poco añadió detalles a modo de simbología, a los magos se les ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad, de las tres edades del hombre y de los tres continentes (Asia, África y Europa).
La evangelización y los Reyes Magos debían llegar, junto con la colonización, a la Nueva España. El municipio conocido actualmente como Tizimín, en Yucatán, fue el lugar al que llegaron los cofres ofrecidos. Allí, anualmente se lleva a cabo la fiesta de los Reyes Magos, esta celebración es la más importante y representativa de la ciudad. Sus orígenes se remontan a tiempos prehispánicos, cuando eran adorados los dioses mayas de la lluvia, el campo y el aire. Después de la conquista, durante la época Colonial, los frailes franciscanos construyeron, en 1666, la parroquia de los Santos Reyes, en torno a la cual se festejaban las fiestas religiosas relativas al nacimiento de Cristo. Estas festividades ayudaron al proceso de evangelización y con el tiempo se fueron popularizando y ampliando hasta convertirse en tradición.
Hasta hoy existe una controversia sobre el lugar de nacimiento del hijo de Dios. Para el apóstol Mateo fue Belén, mientras que para Lucas fue Nazareth. El primero escribió que Jesús nació en una casa donde estaba instalada su familia, y a ese lugar llegaron los sabios; pero para el segundo, Cristo nació en un pesebre y acudieron pastores y ángeles, no reyes. No obstantes, la tradición combina ambas cuestiones, el nacimiento en un pesebre, pero con la presencia de los magos, quienes se rendirían ante el Rey de Reyes.
A pesar de todas las interrogantes que la Biblia genera en relación a los pasajes de Jesucristo, se conoce que fue en el siglo IV cuando se configuró el número de magos en tres, por alusión a la Trinidad, a los tres continentes conocidos en ese momento, a las tres razas humanas y a las tres edades del hombre (juventud, madurez y vejez).
En el siglo XVI las necesidades de la Iglesia Católica le llevaron a identificar los tres reyes con los tres hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet) quienes, según el Antiguo Testamento, representaban las tres razas que poblaban el mundo. Así, Melchor pasó a simbolizar los europeos descendientes de Jafet, Gaspar representaría a los asiáticos descendientes de Sem y Baltasar, negro y barbado, haría lo propio con los africanos descendientes de Cam. De esta manera se integró a la raza negra, aunque hubo que dejar de lado a los americanos, oceánicos y pueblos del extremo oriente de tez amarilla, ya que no era posible inventar nuevos reyes y nuevos hijos de Noé.
La tradición de los Reyes Magos como portadores de juguetes se retomó de la costumbre romana y se adoptó por algunos países latinos hace, relativamente poco tiempo.
Originalmente, Melchor traía dulces, golosinas y miel; Gaspar dejaba ropa, zapatos y cosas prácticas, y Baltasar, se cree que como símbolo del racismo existente, castigaba a los niños malos dejándoles carbón o leña.
Desde mediados del siglo XIX los reyes empiezan a traer juguetes a niños, según dicta la tradición. En México, quizá, no exista un día más esperando para los niños, quienes dejan una carta al pie del árbol navideño para, al despertar, encontrar los regalos que estos indescifrables seres dejaron en la víspera del 6 de Enero.

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