2/02/2023

7 Curiosidades que dan miedo



1- EL CIENTÍFICO QUE PRETENDÍA RESUCITAR A LOS MUERTOS CON UN COLUMPIO

Robert Cornish (1903-1963), científico precoz siempre se sintió atraído por la idea de devolver la vida a los muertos. Para ello, ideó un sistema bastante llamativo: fijando el cadáver de un individuo, fallecido recientemente y sin lesiones físicas, a una especie de plano inclinable en varias posiciones (básicamente un columpio basculante de parque infantil), y moviéndolo arriba y abajo, era posible hacer que la sangre circulase de nuevo, y por lo tanto se reactivasen las funciones cerebrales y cardiacas.

Los primeros experimentos con personas ahogadas y a las que les habían dado infartos no tuvieron mucho éxito, si bien Cornish aseguraba que les volvía el color en los pálidos rostros y que incluso había detectado alguna señal de pulso. Mejoró el sistema  y a perros que sacrificaba les inyectaba coagulantes y estimulantes justo antes de "columpiarles", con lo que sorprendentemente sí obtuvo resultados: algunos canes resucitaron y llegaron a sobrevivir meses (aunque con severos daños cerebrales y ciegos). El éxito de Cornish fue tal que le dedicaron una película: "La realidad increíble". 


2- IGNAZ SEMMELWEIS: EVITAR MILES DE MUERTE EN EL PARITORIO Y FALLECER EN EL MANICOMIO

Ignaz Philipp Semmelweis (1818-1865) se granjeó algunos detractores en el gremio científico por su peculiar carácter. Intrigado porque a mitad del siglo XIX nueve de cada diez operaciones acaban en muerte, se especializó en obstetricia para conseguir una plaza como doctor en el Hospital General de Viena. Allí observó que uno de los pabellones de Maternidad, en el que solo se permitía pasar a los estudiantes de medicina, tenía una mortalidad muy superior debido a la fiebre puerperal que el otro, en el que asistían a las parturientas solo mujeres aspirantes a matrona. Según las teorías de la época, el menor índice de fallecimientos se debía a que las manos de las comadronas eran más finas y suaves, idea que no convencía a Semmelweis, que se llegó a obsesionar con el asunto.

"No puedo dormir ya. El desesperante sonido de la campanilla que que precede al sacerdote portador del viático ha penetrado para siempre en la paz de mi alma. Todos los horrores de los que diariamente soy impotente testigo me hacen la vida imposible. No puedo permanecer en la situación actual , donde todo es oscuro, donde lo único categórico es el número de muertos", escribía en una carta a un amigo el doctor. Tanto que instaló unos lavabos y obligó a los médicos a lavarse las manos cada vez que entraran en la sala. Su jefe entró en cólera.

En su único artículo publicado, menciona unas "partículas cadavéricas" que son las culpables de las infecciones. No sería hasta 40 años después de su muerte cuando Louis Parteur y Robert Kock hablaron de gérmenes. Sin embargo, gracias a su extraña personalidad y su obsesión porque los médicos se lavaran las manos, Semmelweis fue expulsado del Hospital de Viena, tomado por loco y encerrado en un manicomio. Murió poco después a los 43 años de edad a causa de una infección generalizada, aunque aún hoy se sigue especulando acerca del origen: una paliza o él mismo tras cortarse con un bisturí.

3- LOS CEREBROS PORCINOS RESUCITADOS

Y no todo son antiguas biografías. No hace mucho tiempo, la revista Nature publicaba un controvertido estudio realizado por un grupo de científicos de la Universidad de Yale que aseguraban que habían podido "resucitar" algunas de las funciones del cerebro de cerdos muertos.

"Cuando empezamos esta investigación nunca pensamos llegar hasta este punto. Teníamos una hipótesis inicial, es cierto, pero aún así fue una tremenda sorpresa", explicaba Nenad Sestan, profesor de neurociencia, medicina comparativa, genética y psiquiatría en Yale, además del principal autor del estudio.

La teoría inicial se basaba en que "el cerebro intacto de un mamífero grande conserva una capacidad que hasta ahora se ha subestimado para restablecer la circulación y ciertas actividades celulares y moleculares, "incluso varias horas después del paro circulatorio". Una conjetura que los investigadores del equipo  de Sestan, quienes forman parte de la Iniciativa BRAIN -un ambicioso proyecto para mejorar la comprensión del cerebro humano- se plantearon tras observar de forma rutinaria signos de viabilidad celular en las muestras de tejido cerebral humano muerto que usaban en sus investigaciones -incluso aunque hubiesen sido recogidas hacía varias horas-. Es decir, mostraban algunas señales de vida a pesar de estar muertas.

Sin embargo, los investigadores advertían por un lado que en realidad no se consiguió reavivar completamente los órganos porcinos, ya que en ningún caso hubo evidencia de actividad cerebral normal; y, por otro, que si investigaciones sucesivas querían indagar en la posibilidad de emular al Doctor Frankenstein, e incluso aplicar esta tecnología en cerebros humanos, habría que realizar estudios éticos preliminares para ver hasta dónde se puede llegar con esta tecnología en cerebros humanos, habría que realizar estudios éticos preliminares para ver hasta dónde se puede llegar con esta tecnología, que promete ser toda una revolución al menos en el campo del ensayo.

4- CIGARRAS ZOMBIS PROMISCUAS

La historia de estas cigarras es espantosa, más que cualquier película de terror. Investigadores de la Universidad de Virginia Occidental han descubierto que el hongo Massopora, que contiene sustancias químicas alucinógenas, infecta a las cigarras hasta el punto de convertirlas en una especie de muertos vivientes promiscuos. Los insectos enfermos pierden sus extremidades y genitales con el tiempo, pero, a pesar de su horroroso estado físico, continúan deambulando por ahí como si nada les hubiera pasado, contagiando a otros individuos sanos. Y lo que es aún peor: los machos cercenados muestran conductas hipersexuales y tratan de aparearse con todo lo que encuentran en una orgía realmente horripilante. Y se trata de una historia completamente real.

5- EL BONITO CARACOL DE COLORES QUE ENCIERRA UNA HISTORIA ESCALOFRIANTE

Un vistoso caracol de colores se extendió por las redes como la pólvora. ¿Qué era ese misterioso ser cuyas rayas se movían arriba y abajo por el cuerpo gelatinoso principal? Pues lejos de ser una bonita historia, el caracol esconde un verdadero cuento de terror real: es un zombi.

Los colores los provoca Leucochloridium Paradoxum, un parásito que usa de huésped a estos moluscos para que les lleven a su verdadero objetivo: los pájaros. Los caracoles solo son su transporte para alcanzar las copas de los árboles y llamar la atención de tordos y mirlos, en cuyo recto pondrán larvas que se expulsarán  en sus heces para volver a infectar a otros caracoles. Y así hasta el infinito, en un horrible bucle de la naturaleza más cruel.

6- ¿QUIÉN VIVE EN TUS POROS Y TIENE SEXO EN TU CARA MIENTRAS DUERMES?

En este mismo instante, escondidos en tus poros tienes decenas de seres, alimentándose de la grasa que desprende tu cara. Mira más allá. ¿Ves aquella mujer? Le ocurre lo mismo. Y probablemente a aquel bebé, ya que su madre le ha "contagiado" con un beso. Estos "animalitos" que miden 0,3 milímetros (se necesitarían unos 10 puestos en fila para que pudieran sumar lo mismo que la cabeza de un alfiler) y que parecen una especie de lombriz -aunque no lo sea en absoluto- son de la familia Demodex Folliculorum, un tipo de ácaro bastante común -se calcula que viven en la cara del 80% de la población- que cohabita con diferentes animales sin que éstas se den cuenta la mayoría de las veces.
Estos ácaros -que son arácnidos, es decir, están más emparentados con las garrapatas o las arañas que con los gusanos- por el día se "encierran" en los poros para salir de noche, mientras duermes, y aparearse con otros semejantes sobre tu cara. Sí, así es: tienen sexo en tu rostro mientras duermes. Todas las noches.

7- LA PANDEMIA QUE MATÓ AL 60% DE LOS EUROPEOS

La peste es una de las plagas que más huella ha dejado en la historia del ser humano, probablemente junto a la viruela. Hay evidencias de que el agente causante, la bacteria Yersinia Pestis, ya infectaba al hombre hace 5.000 años, y que hubo muchos brotes durante la Edad del Bronce. La primera gran epidemia registrada es la llamada Plaga de Justiniano, que dejó 25 millones de muertos entre los siglos VI y VIII en la cuenca del Mediterráneo. Ya a mediados del siglo XIV comenzó la epidemia más terrible de todas: se trata de la Muerte Negra o Gran Plaga, una zote que mató al 60% de la población europea en el siglo y que dejó algunas ciudades tan arrasadas que no quedaron vivos para enterrar a los muertos. Finalmente, la peste estuvo reapareciendo en Europa, Oriente Próximo y el norte de África hasta el siglo XVIII.

Se suele considerar que la Muerte Negra, causada por la cepa "Mediavalis", tuvo su origen en China, en torno al 1334, pero se desconoce si llegó de oriente en varias ocasiones o si se estableció en el viejo continente y resurgió de los posibles reservorios europeos. Ahora, un estudio que se ha publicado en Nature Communications, ha descubierto las que son las huellas más antiguas de la pandemia europea. Los investigadores reconstruyeron 34 genomas de Yersinia Pestis, que fueron extraídos de los dientes de cadáveres hallados en 10 yacimientos europeos, y que proceden de los siglos XIV a XVII. Gracias a eso, han hallado las evidencias más antiguas de la Muerte Negra, que les han llevado hasta la pequeña ciudad de Laishevo, en la región del Volga (Rusia).

"Estos hallazgos apuntan hacia una entrada única de Yersinia Pestis en Europa por el este", ha dicho en un comunicado María Spyrou, coautora del trabajo e investigadora en el Instituto Max Planck de Ciencia de la Historia Humana (Alemania). Sin embargo, ha añadido, esto no quiere decir que esta región del Volga sea la zona cero de la enfermedad: el patógeno podría provenir de cualquier parte del occidente de Asia, donde aún no se ha secuenciado el ADN de las antiguas muestras de Yesinia Pestis.

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