La Siguanaba es un espectro del folclor iberoamericano que, según la tradición popular, se les aparece a hombres trasnochadores, infieles y violentos en la forma de una atractiva mujer desnuda o semidesnuda, pero con el rostro oculto.
La Siguanaba se hace seguir por los hombres y luego de una larga persecución, los pierde en algún barranco. No muestra la cara, pero lo hace cuando ya se ha "ganado" al hombre quien se perturba al ver que es de caballo. Cuando los hombres se le acercan, la fantasmagórica mujer les muestra su faz, que resulta ser la de un caballo, por lo que termina enfermándolos, enloqueciéndolos o matándolos del susto.
Se cree que el mito pudo haber sido introducido en el Nuevo Mundo por los españoles durante el período colonial, quienes lo habrían usado para ejercer control sobre las poblaciones indígenas y mestiza de la región.
Según los relatos populares, la Siguanaba se aparece como una atractiva mujer desnuda o vestida con un camisón blanco translúcido, casi siempre de espaldas a su víctima. Se la ve usualmente bañándose en tanques públicos, pilas, ríos u otras fuentes de agua artificiales o naturales, aunque también puede estar lavando ropa. Suele seducir a los hombres que salen a la calle durante las noches oscuras y sin luna, a quienes por deseos sexuales hacia ella, la siguen, ella los lleva al "monte" o bosques para finalmente hacerlos caer de algún precipicio "siguan = barranco", de allí el nombre.
En México y Guatemala, la Siguanaba se presenta como una hermosa mujer de pelo largo y muestra su rostro hasta el último momento, cuando se revela que es el de un caballo o un cráneo humano. La víctima es generalmente un hombre infiel, quien, si no muere del susto, se vuelve loco. En ocasiones el espectro puede adquirir la apariencia de la novia de un hombre para engañar a este y apartarlo de su camino.
A veces también se les aparece a niños pequeños, ante quienes adopta la apariencia de la mamá para atraerlos. Una vez que la Siguanaba los toca, los niños enloquecen y son conducidos al campo, donde el espectro los abandona a su suerte.
En otras variantes, la Siguanaba no tiene rostro de caballo ni está necesariamente de espaldas, sino que se aparece como una mujer con el rostro cubierto por una larga cabellera. Cuando muestra su cara, se trata en efecto de uno de mujer, pero horrible y desfigurado. El espectro, además, tiene los pechos largos y caídos hasta las rodillas, largas uñas y cabello desaliñado. Los resultados de la visión son igualmente trágicos. Se les presenta siempre a hombres infieles.
Son siempre hombres, sobre todo los trasnochadores, infieles, mujeriegos, donjuanes o enamorados, aunque también suele espantar a viajeros solitarios que transitan por veredas despobladas. En ocasiones acosa a niños bonitos, usualmente jóvenes de entre 17 y 25 años de edad.
Los lugares más comunes donde puede aparecer son el los riachuelos y veredas solitarias, a la distancia siempre está dando la espalda, aparentando ser una mujer joven y hermosa, pero al acercarse a ella esta se da la vuelta repentinamente, tomando un aspecto monstruoso y demoníaco, se caracteriza por tener los pechos grandes y colgando hasta la altura de sus rodillas.
En regiones fronterizas entre Guatemala, Honduras y El Salvador se recomienda que la víctima haga la señal de la cruz y muerda su machete cuando vea a la Siguanaba.
La gente de antes contaba que cuando se iban a traer leña siempre tenían que llevar machete, más los hombres porque como el cerro está encantado y espantan, entonces no solo para cortar palos sirve el machete sino también para alejar a los espantos... Cuando les aparecía la llorona o la Siguanaba, tenían que sacar el machete y morderlo y ponerse a rezar para que ese espíritu se fuera.
Viendo en función de proporciones un machete con relación al cuerpo humano, al momento de morderlo, podría formarse una cruz, elemento representativo del cristianismo, utilizado muchas veces para invocar la protección divina. Esto puede estar relacionado de cierta manera con el hecho de morder 3 veces, golpear 3 veces el suelo, o pasar 3 veces el machete entre las piernas ya que esto hace recordar el dogma de la Santísima Trinidad del cristianismo.
De este modo, con la señal cristiana se aleja al espectro y con la mordida del arma se aleja el miedo causado por la visión. Otra forma de protegerse es gritándole o diciéndole: "María patas de gallina". Asimismo, también se puede decirle: "María" 3 veces en forma de oración, ya que la Siguanaba no le gusta que le llamen o digan María.
También dicen que hay que echarle sal y decir una oración para que se vaya.
En costa Rica y Nicaragua, la manera de huir, escapar o protegerse de ella es ponerle o mostrarles semillas de mostaza, a la Siguanaba le gusta mucho las semillas de mostaza; al llegarle el olor, esta deja de perseguir a su víctima y pretende comer las semillas, pero al estar transformada le sería imposible recogerlos, y vomita su alma al no poder hacerlo; así la víctima está salvada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario