10/05/2016

Hada del Otoño

En Otoño cuando la naturaleza cambia su color y se tiñe de tonos rojizos y dorados, y los días se vuelven cada vez un poco más cortos y fríos, irrumpen en los bosques y los campos las hadas de las flores de esta estación. Las plantas grandes y frondosas, como el Fresno, la Espinera blanca y el Saúco, el Roble y el Grácil Endrino, y también la Zarzamora y la Lantana, cuidan de sus respectivas plantas junto a sus compañeras que hacen que los frutos otoñales, carnosos o secos, sean deliciosos y nutritivos para los seres humanos y los animales.
La bellota, la baya, el hayuco, la mora negra, la castaña, la avellana, la manzana silvestre, la brionía o la alheña, todos ellos tienen un hada que los protege y los hace crecer fuertes. Estas hadas visten fundamentalmente, con los colores pardo, carmesí, morado, malva, características de los árboles, plantas y frutos del Otoño. Algunas incluso tocan su cabeza con los involucros o cápsulas que rodean las semillas y los frutos, poniendo de manifiesto su total armonía con ellos.
En pleno equinoccio de Septiembre las hadas del Otoño celebran el festival de la luna llena, en el que, bajo su resplandeciente luz, se reúnen sobre un campo de trigo para dar cuenta de un pródigo banquete propio de esta estación del año. Antes de empezar a comer, no obstante, el hada de la Espinera blanca vierte con solemnidad una libación de vino de prímula en el suelo.
Esta especie de ritual asegura una abundante cosecha para los campesinos, que consideran a las hadas del Otoño sus mejores aliadas. También participan en el baile de máscaras que se celebra en la víspera de Halloween. A media noche las hadas inician una armoniosa danza alrededor de una hoguera, en el transcurso de la cual revelan sus verdaderas identidades. Un ritual parecido al que en la misma fecha (31 de Octubre), celebran los celtas, cuyos sacerdotes, vestidos de una manera especial, danzan alrededor de una hoguera sagrada.

CARLIN - REINA DEL OTOÑO

Los campos y bosques de Escocia, en Otoño, se transforman como por arte de magia y adquieren un hermosísimo color dorado. Entonces comienza el tiempo de Carlin, la reina de las hadas del Otoño y espíritu de la noche mágica de Samhain. Carlin lleva un vestido de hojas secas y musgo, adornado con frutas del bosque, y a veces, un sombrero con frutos otoñales. Allí por donde pasa, ejecuta una delicada danza con la que levanta los vientos y arranca las hojas secas de los árboles, que caen formando un hermoso tapiz en el suelo.
A veces, los hombres verdes y las damas del musgo, fervientes servidores de la reina del Otoño, convierten esas hojas en resplandecientes piezas de oro para afrecerlas a la soberana como muestra de amor y respeto. En esta ocasión, en la que el verano ya ha finalizado, los antiguos pueblos celtas celebran el día de Samhain, una de las festividades más importantes del año para estas gentes. En esta fecha, según relatan las leyendas, las muchachas a las que las hadas habían transformado en cisnes y habían alejado de sus esposos o pretendientes recuperaban por fin su aspecto humano y regresaban con la persona amada.
Así se cuenta en la leyenda de Angus y Caer, un antiquísimo relato que data de los tiempos de los Tuatha de Danaan. Cuenta que la víspera de Samhain la joven Caer, hija del rey de Connacht, que vivía bajo la apariencia de un cisne en el lago de la Boca de Dragón, fue desencantada por Angus, hijo de Dagda, supremo monarca de los Tuatha. El otoñal día de Samhain fue sustituido en otras culturas por la fiesta de Todos los Santos y, más recientemente, por Halloween, una noche en la que los espíritus vagan libres en una atmósfera ideal para toda clase de actividades ocultistas y mágicas.
En Samhain, las hadas raptan a jóvenes esposas y no las devuelven a su hogar hasta haber trascurrido un año y un día. Por ello, durante esta noche, es bueno que los mortales enciendan hogueras y bailen alrededor de ellas, para así ahuyentar a estas hadas y a cualquier otro espíritu nocturno que intente perjudicarles. Calin aparece en la víspera de Samhain golpeando los campos con un bastón para endurecer el suelo, ante la proximidad de los fríos del Invierno.
Carlin, una antigua diosa celta, es el espíritu de la víspera de Samhain, la noche en que el Invierno anuncia su aparición y los espíritus y otros seres mágicos invaden el mundo de los hombres. Carlin, con su paleta irisada, pinta las hojas de los árboles de color parduzco. Las hojas caídas de los árboles son el símbolo de las criaturas feéricas que pueblan la estación otoñal.

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