Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres, Reino Unido, en el seno de una famlia italiana, originaria de Lombardía. Sus padres, Andrea Acutis y Antonia Salzano, se encontraban en Londres por motivos profesionales al momento de su nacimiento, sin embargo, tras el nacimiento de Carlo la familia Acutis regresó a Italia en septiembre de ese mismo año para más tarde instalarse en la ciudad de Milán, ahí asistió a la escuela primaria y secundaria con las Hermanas Marcelinas, luego fue al Liceo Clásico León XIII, dirigido por los jesuitas. En la capellanía de la escuela secundaria, ejerció cierta influencia con su ejemplo, lo que haría que más tarde fuera destacado por el plantel docente de la institución. Acutis transmitió en particular la importancia que tenía para él la Eucaristía que según él: "Es la calzada que lleva al cielo".
Fue criado en una familia tradicional pero no practicante. A temprana edad mostró su gusto por la piedad y rezar en las iglesias, durante los viajes familiares solicitaba a sus padres visitar los santuarios de la región. De joven tuvo una devoción por la Eucaristía y por la Virgen María, a quien luego definió como "la única mujer de su vida". Se interesó por la historia de las apariciones de Nuestra Señora de Lourdes y de la Virgen de Fátima, también estudió la vida de los santos, entre ellos Luis Gonzaga y Tarsicio, pero en particular se interesó por Francisco de Asís, Antonio de Padua; Doming Savio y los 3 pastores de la Virgen de Fátima: Francisco Marto, Jacinta Marto y Lucía dos Santos. Su madre se apuntó a unas clases de teología para poder contestar a las cuestiones que Carlo le planteaba.
A los 7 años Carlo manifestó su deseo de recibir la comunión a la que llamó "mi autopista hacia el cielo". Para no ceder a lo que creían que era un capricho, sus padres consultaron a monseñor Pasquale Macchi, es secretario del Papa Pablo VI, tras constatar la madurez del niño, el prelado lo autorizó a realizar su primera comunión, la ceremonia tuvo lugar en el Monasterio Ambrosiano de Perego el 16 junio de 1998. Desde entonces, y hasta su muerte, Carlo asistió todos los días a la Misa, en una ocasión dijo: "Si nos acercamos a la Eucaristía todos los días, vamos directo al paraíso". Rezó el rosario todos los días, se confesaba una vez por semana y participa en el catecismo que enseña a los niños de su parroquia. También dedicaba su tiempo libre a visitar a los ancianos y ahorraba dinero para dárselo a los más necesitados, a menudo decía: "la felicidad es mirar a Dios. La tristeza es mirarte a ti mismo".
En su adolescencia, según los testimonios de quienes llevaron la beatificación de Cutis al Vaticano, ayudaba a las personas sin hogar, fue voluntario en los comedores populares y ayudó como catequista. Mostró interés por la tecnologías de la información y la comunicación y la informática. Creó sitios webs (especialmente para su parroquia y escuela secundaria) y sirvió a niños, ancianos y pobres. Por esta razón, se ha pensado en él como posible patrono del Internet.
Como aficionado a la informática, ideó y organizó un material audiovisual relacionado con sus creencias religiosas acerca de la Eucaristía y los milagros eucarísticos, siendo precursor del uso de estos materiales para la difusión de contenidos religiosos. Tras dos años de investigación y viajes, en los que también participaron sus padres, elaboró una de sus obras más importantes: una exposición sobre los milagros eucarísticos en el mundo, su trabajo recoge un total de 136 milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia católica, con fotografías y descripciones. La exposición inició en un sitio web pero posteriormente se materializó y de ha difundido por los 5 continentes. Solo en los Estados Unidos ha llegado a varias parroquias y universidades; y algunos de los santuarios marianos famosos, como Fátima, Lourdes y La villa de Guadalupe.
Carlo enfermó a principios de octubre de 2006; parecía una gripe normal y corriente, pero era una leucemia del tipo M3, la más agresiva. No había ninguna posibilidad de curación. Al cruzar la puerta del hospital, Carlo le dijo a su madre: "de aquí ya no salgo". Más tarde, también les comentó a sus padres: "ofrezco al Señor los sufrimientos que tendré que padecer por el Papa y por la Iglesia Católica, para no tener que estar en el Purgatorio y poder ir directo al Cielo". Cuando la enfermera le preguntaba cómo se sentía con esos dolores, Carlo respondía: "Bien. Hay gente que sufre mucho más que yo. No despierte a mi madre, que está cansada y se preocuparía más". Pidió la unción de los enfermos y 3 días después del diagnóstico, el 12 de octubre de 2006 falleció en el hospital San Gerardo de Monza, Italia.
Antes de conocer su enfermedad, Carlo hizo un vídeo donde dijo que, si moría, le gustaría que lo enterraran en Asís. Por ello ha sido sepultado allí.
El día de su funeral tanto la iglesia como el cementerio estaban llenos de gente. Su madre recuerda que había gente que ella no conocía de nada. Personas sin hogar, inmigrantes, mendigos y niños. Un montón de gente que le hablaba de Carlo y de su trabajo social. De lo que él había hecho por ellos, y ella no sabía nada.
Existen más de 200 sitios y blogs que hablan sobre él en diferentes idiomas y hay historias de conversión inspiradas en él, que ocurrieron tras su muerte. Los padres recibieron cartas y solicitudes de oración de todo el mundo, y gran parte de este material fue recolectado durante la fase de beatificación diocesana.
El 5 de julio de 2018 Carlo Acutis fue declarado venerable por el Papa Francisco. El cuerpo fue exhumado y se encontró en un estado de Incorruptibilidad cadavérica "bien integrado". Con el propósito de preservar su cuerpo fue sometido a un proceso de embalsamamiento y su rostro fue reconstruido utilizando una máscara de silicona que recreó su apariencia para la posterior exposición. Las imágenes del cuerpo con el rostro reconstruido a la perfección contribuyeron a una confusión, ya que en diversos periódicos y en las redes sociales trascendió que su cuerpo se encontró intacto después de 14 años de fallecido.
El 6 de abril de 2019, después de unos momentos de oración en la basílica inferior de San Francisco de Asís y en la catedral de San Rufino los restos del beato Carlo Acutis fueron trasladados a la iglesia de Santa María Maggiore también llamada Santuario della Spogliazione, en Asís, mientras que su corazón fue puesto en un relicario que se quedó en la basílica inferior de San Francisco, a ambas ceremonias asistieron varios miles de personas.
El 1 de octubre de 2020 se abrió su tumba para expones sus restos reconstruidos a la veneración de los fieles, como parte de los hechos previos a su beatificación. En una nota difundida ese mismo dóa por la diócesis de Assisi-Nocera Umbra-Gualdo Tadino, el obispo Domenico Sorrentino señaló que las noticias que circulaban en torno a las reliquias del beato Carlo Acutis no respondían a la verdad al decir que el cuerpo haya sido encontrado incorrupto.
"Al acto de la exhumación en el cementerio de Asís, ocurrida el 23 de enero de 2019 en vista al traslado al santuario, este fue encontrado en el normal estado de transformación propio de la condición post mortem (...) el cuerpo, si bien transformado, pero con varias partes todavía en su conexión anatómica, fue tratado con técnicas de conservación y de integración normalmente practicadas para expones con dignidad a la veneración de los fieles los cuerpos de los beatos y de los santos. Una operación que se llevó a cabo con arte y amor. La reconstrucción de la cara con una máscara de silicona fue particularmente exitosa".
En este mismo sentido durante las ceremonias de traslado de las reliquias, el rector de la iglesia de Santa María Maggiore, Carlos Acácio Gonçalves Ferreira, explicó que el cuerpo del beato Carlo Acutis se encontraba "en un estado muy íntegro, no intacto, pero íntegro", aclarando de nuevo el mal entendido.
El proceso de beatificación fue iniciado por el cardenal Angelo Scola, en la arquidiócesis de Milán el 13 de mayo de 2013. El 24 de noviembre de 2016, la investigación diocesana se envió a Roma para ser comisiones, el 5 de julio de 2018 en reconocimiento a sus virtudes heroicas el Papa Francisco lo declaró Venerable. Su madre afirmó "Su jornada giraba en torno a Jesús, que estaba en el centro. Las personas que se dejan transformar por Jesús y tienen esta fuerte amistad con Dios interpelan a los otros, irradian la imagen de Dios".
El 21 de febrero de 2020 tras un análisis de una comisión de médicos y la Congregación para las Causas de los Santos, el Papa Francisco aprobó un milagro atribuido a Carlo Acutis, que permitió iniciar su proceso de beatificación, este milagro es la curación inexplicable de un niño en Brasil. El padre Marcelo Tenorio, vicepostulador de la causa de Carlo, cuento lo sucedido aquel día:
"El 12 de octubre de 2010, en la capilla de Nuestra Señora Aparecida, en nuestra parroquia de Campo Grande (Mato Grosso del Sur), en el momento de la bendición con la reliquia, se acercó un niño acompañado de su abuelo. El niño estaba enfermo de páncreas anular, una enfermedad congénita que se estaba tratando. Esta enfermedad causaba que el niño vomitara todo el tiempo, lo que lo debilitaba y lo abatía mucho, porque todo lo que comía lo devolvía, incluido el líquido. Ya llevaba una toalla, porque su situación era grave. Cada vez más débil, debilitado, encontraría una muerte segura. Durante la bendición, el niño le preguntó a su abuelo qué debía pedir y este le dijo que rezara, pidiendo "para que dejara de vomitar", a partir de entonces ya no vomitó más". En febrero de 2011, la familia solicitó que se realizaran nuevas pruebas al niño y se descubrió que estaba completamente curado.
El sábado 10 de octubre de 2020 Carlo fue beatificado en Asís. La ceremonia, se celebró en la Basílica de San Francisco de Asís, por el cardenal Agostino Vallini, delegado del Papa Francisco. Se presentó una urna que contenía como reliquia el corazón del nuevo beato.
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