12/01/2019

Mi vida en el mundo paranormal

Bueno pues para cambiar un poco aunque siguiendo el hilo del blog, os traigo hoy mi vida e incursión al mundo de lo desconocido, al mundo paranormal.
Os contaré como empezó todo, seguramente este post suscitará opiniones de todo tipo, algunos pensarán que estoy loco y como poco fantasioso, otros lo entenderán porque quizás han o están pasando por lo mismo pero sin atreverse a contarlo por el temor a lo desconocido o simplemente a esas opiniones que usan la palabra LOCO sin pensar ni conocer lo que hay detrás.
Bueno sin más dilaciones empiezo a contar mi historia.

Pues yo desde muy pequeño siempre me ha llamado mucho la atención todo lo extraño, lo misterioso... pero claro, tan pequeño quieres entender pero no entiendes nada.
La primera experiencia que tuve (no recuerdo bien la edad) fue a los 9 o 10 años, recuerdo que había un revuelo muy grande en aquella época porque decían que en el Cerrillo (los cordobeses conocerán el suceso) la "Virgen" se apareció a unas niñas. La peregrinación a esa zona era brutal, cientos y cientos de personas iba en coches, andando, autobuses, etc... para ver si ellos tenían la "suerte" de ver ese "milagro" que las niñas vivieron.
Recuerdo que tenías que ir por mitad del campo hasta llegar a unas escaleras estrechas y angostas de piedra hasta una pequeña cueva que había. La cueva tenía 2 entradas las cuales estaban cerradas por una reja, había una imagen de la Virgen rodeada de flores, velas, rosarios, fotografías... (todo llevado por esa gente que con devoción querían vivir un "milagro". Pues bien, la gente hacía largas colas para aproximarse a esas "famosas" rejas... Allí sucedía de todo, gente que gritaba y lloraba diciendo que la había visto (a la Virgen), otros que decepcionados decían no haber visto nada, y otros que se arrodillaban al pie de la reja y rezaban sin parar....
Llegó el momento de acercarnos a esas rejas, mi madre, mi tía y yo. Recuerdo perfectamente como era aquello como si fuera ayer, una reja casi oxidada por el tiempo y las inclemencias meteorológicas, dentro estaba oscuro, solo llegaba a alcanzar a ver suciedad, restos de basura que había allí dentro.
Mi tía se acercó la primera, yo después y mi madre tras de mí. No me dio tiempo ni tan siquiera a acercarme cuando vi una sombra que salía de una pequeña cavidad que había en la parte izquierda de la cueva. Vi como una mujer salía de ahí y se dirigía con paso firme y muy despacio a la reja, dentro de mi cabeza y a mi corta edad, pensaba que era una mujer que entró allí quizás para limpiar la suciedad que estaba en el suelo. Pero claro, lo extraño es que yo le decía a mi tía que estaba viendo a la extraña mujer, pero ni ella ni mi madre veían nada.
Mi tía sin apartar la mirada de la profunda y oscura cueva me preguntaba cosas:
"¿Cómo es la mujer que estás viendo? ¿Qué está haciendo? ¿Te dice algo?"
Yo iba contestando a las preguntas de mi tía a trompicones y con una mezcla de sorpresa y miedo:
"Es una mujer alta, muy guapa, con el pelo castaño, lleva una especie de camisón blanco, va descalza, llora pero al mismo tiempo sonríe".
"Está viniendo hacia aquí, se está acercando, no me dice nada, me extiende sus manos como si quisiera que se las agarrara".
Claro está, en ningún momento pensé que era la Virgen ni por asomo. Hoy en día aún no se quien era esa extraña mujer.
Esa (si no recuerdo mal) fue mi primera experiencia en este mundo.

Mi vida siempre ha estado rodeada de experiencias "raras" y difíciles de explicar.
Ya entrados en los 18, me tocó hacer la mili en Palma de Mallorca, no me costó mucho irme a la isla porque mi familia estaba viviendo allí.
Una noche en el cuartel, me tocó hacer servicio de cocina, era un trabajo cansado y estresante porque tenías que limpiar unas ollas enormes, platos, vasos, bandejas, pelar patatas (lo hacía una máquina pero tenías que echar las patatas dentro), y todo eso antes de los desayunos, comidas y cenas.
En fin, que terminó mi servicio ya entrada la noche y me fui a la batería (así es como se llamaba a los dormitorios) a descansar.
Entré al baño, me duché, me cepillé los dientes y me puse el pijama, ya cuando me estaba cepillando los dientes, a través del espejo vi a un hombre vestido de militar mirándome. Era extraño porque me miraba a través del espejo y se ponía las manos en la cabeza, cada una a un lado de donde denominamos la "sien". No hice mucho caso, pensaba que por el cansancio y el sueño quizás estuviera viendo "alucinaciones". Terminé de cepillarme los diente y me fui a mi cama. Me tumbé y creo que no pasaron ni 10 minutos cuando de repente siento como si a mi alrededor hubiera una corriente de aire muy frío, casi polar. Tenía los ojos cerrados y algo dentro de mí me decía que no los abriera. Yo los abrí, y ¡¡ZAS!! ¿cuál fue mi sorpresa? pues que el mismo hombre al que había visto tras de mí por el espejo del baño ahí estaba, a los pies de mi cama, con la misma ropa, la misma semblanza en su rostro y con las manos puestas en la misma posición.
Cerré rápidamente los ojos porque un miedo terrible se apoderó de mi. No sé si pasaron segundos, minutos u horas cuando los volví a abrir, pero allí estaba, esta vez no a los pies de la cama sino a mi lado, no podía moverme, gritar ni dejar de mirarlo fíjamente. Hizo un ligero movimiento y se inclinó hacia mí, el corazón parecía que se me iba a salir del pecho. Vi como se quitaba las manos y en ambos lados de su cabeza empezó a brotar un líquido un tanto viscoso, no llegué a distinguir qué era porque en la oscuridad de la noche no se apreciaba, pero juraría que era sangre.
Volví a cerrar los ojos, recé (yo no soy creyente) y cuando los volví a abrir allí no había nadie.
Al tiempo y sin yo contar nada de lo sucedido, escuché a un compañero que contaba que hacía unos años un sargento que estaba allí en el cuartel tenía problemas con el alcohol y que ese pudo ser el principal motivo por el cual su mujer lo dejó. El hombre entre alcohol, pastillas y la depresión por la que estaba pasando decidió ir a una de las garitas del cuartel y con su pistola reglamentaria se suicidó pegándose un tiro en la sien.
Quizás era una coincidencia, (o eso quise pensar), pero a las 2 semanas si no recuerdo mal, me acordé de aquello y quise investigar un poco, me enteré de en qué año sucedió aquello y preguntando a un compañero que estaba en la sección de oficinas/archivos, busqué a ese sargento y...... ¡¡DIOS!!, era la misma persona que vi primero a través del espejo y después junto a mi cama.
Ya no lo volví a ver en todo el tiempo que duró el servicio militar.

Otra experiencia (mucho más liviana aunque no deja de ser extraña) fue allí también en Mallorca.
Estaba cenando en casa de mi prima con sus hijas, y su marido, cuando en un momento de la cena me giré bruscamente hacía el pasillo que daba a los dormitorios y me levanté de un salto gritando: "¡¡Un gato, un gato!! Mi prima entre sorprendida y asustada por mi reacción, se levantó y me dijo que era imposible, que vivía en una planta alta y que no podía haber ningún gato, ya que no había tejados cerca ni posibilidades de que un gato pudiera subir y entrar en la casa.
Yo juraba que sí, que vi a un gato negro entrar, correr hacia el pasillo y meterse para las habitaciones. Todos (incluso los niños) comenzamos a buscar al gato, bajo las camas, en los armarios, dentro, fuera... por todos los rincones de la casa, pero el gato no apareció jamás.
A raíz de esa noche y ese suceso mi percepción y sucesos paranormales fueron en aumento de una forma brutal.

Mi vida está llena de sucesos paranormales y/o extraños. Desde muy pequeño como os vengo contando. Hay cosas (por no decir todo) que no sé ni puedo explicarlo, pero eso ya forma parte de mi vida y así seguirá siendo.
Todas las personas a las que les cuento todo esto coinciden en el mismo comentario.... "Pero después de tanto tiempo ya estarás acostumbrado ¿no?", a las que les contesto siempre lo mismo: ¡No! Nunca te acostumbras a ello por muchos años que forme parte de tu vida.

Otro de los sucesos fue un día en el que estaba en casa, mi madre se había reunido con unas amigas para tomar un café y charlar un poco del día a día.
Nuestra amiga Tere, siempre me preguntaba que si me había pasado algo fuera de lo normal de nuevo. Pues bien, ese día no fue distinto, me preguntó, yo le conté que la noche anterior a los pies de mi cama, vi a una chica muy extraña, la cual me dio bastante miedo, exactamente le dije:
"Sí Tere, anoche se me presentó una chica extraña, y la verdad es que era muy fea la pobre".
Tras decir eso, noté en la zona baja de mi espalda un fuerte dolor, mi madre al darse cuenta del gesto en mi cara me preguntó que me pasaba. Yo sin decir nada me levanté la camiseta y le pregunté si tenía algo. Mi madre con voz temerosa me dijo que cómo me había hecho eso. Yo no sabía a qué se refería y me dijo que tenía una parte roja y morada, como un golpe o como si alguien me hubiese pellizcado.
De ahí deduje que jamás hay que tomarse estas cosas en broma, puedes creer o no, pero jamás reirse o tomarse estas cosas de "guasa".

Otro de los sucesos que más me conmocionó fue una noche cuando dormía y al sentir un fuerte escalofrío abrí los ojos y vi a los pies de la cama un niño. Un niño de unos 4 o 5 años, inmediatamente cerré los ojos y me puse a rezar todo lo que se me pasaba por la cabeza. Abrí los ojos y el niño ya no estaba a los pies de mi cama, pero sí a mi lado, volví a cerrar los ojos y a repetir la misma operación. Cuando abrí los ojos estaba sentado en la cama de al lado, mirándome fijamente y con una media sonrisa. Yo mirándolo directamente le dije que por favor que se fuera, aquél niño negó con la cabeza. Le dije que qué quería de mí, que si lo podía ayudar en algo, el niño se levantó y dio un paso hacía mi y me dijo: "Me llamo Daniel, y te estoy cuidando", algo muy extraño, pero más extraño es lo que os cuento a continuación.
Mi hermana mayor vivía en Córdoba, y mis padres y mi hermana pequeña vivíamos en Mallorca, lógicamente ella no sabía nada de lo ocurrido con este niño.
Cuando un día, (ya pasados algunos meses), llamó mi hermana diciendo que estaba embarazada, fue una alegría muy grande en la familia puesto que era el primer o primera nieto/a y sobrino/a.
Pasaron unos 3 o 4 meses, y un día hablando con ella por teléfono le pregunté qué nombre le iba a poner al niño (ya sabíamos que iba a ser niño), y su contestación me heló la sangre por completo, me dijo que habían pensado en ponerle ¡¡DANIEL!!

Cómo podéis comprobar mi vida está llena de misterio, cosas inexplicables.
Sumándole todo esto está también el don de la videncia, cosa que sorprende a algunos y hace mucha gracia a otros. Cuando me dicen: "A ver, mírame y dime qué es lo que ves", siempre contesto lo mismo, que esto no tiene un interruptor que apagas y enciendes cada vez que quieras, hay veces que sin quererlo empiezo a ver cosas con tan solo mirar a la gente y otras que por mucho que lo intento no hay manera.

Esto es sólo una pequeñísima parte de cosas "extrañas" en mi vida, cosas que no te acostumbras a ello pero si aprendes a vivir con ello. Cosas que no se pueden explicar, gente que viene a tirarse las cartas e intentan ponerte a prueba, pero claro, cuando no conoces de nada a esa persona y le dices cosas de su vida que nadie o casi nadie sabe y tú sin conocerla de nada se las dices, pues imaginaros la cara de esa persona.

Ahora podéis sacar vuestras propias conclusiones, sé que algunos pensarán que soy un chiflado, un loco... Pero otros me entenderán porque creen en estos temas o bien porque están pasando lo mismo que yo pero en silencio.

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